“...yo les digo que los vamos a cuidar más. Que nos vamos a cuidar más. Que nos tenemos que cuidar más. Yo les ordeno que se cuiden. Yo les ordeno que cualquier situación de amenaza que se presente la comuniquen. Yo les ordeno que cualquier cosa que les parezca extraña la informen y también me ordeno a mí, para que esto nunca más ocurra. También quisiera pedirles que estemos cerca en estas horas. Que nos mantengamos cerca. Que nos mantengamos juntos, que nos acompañemos en estas horas. Que acompañemos a los familiares de Oswaldo Rodríguez, que van a estar con nosotros en estas horas. Que tomemos a sus hijos como si fueran nuestros hijos, los arrullemos y les comuniquemos nuestra ternura. Que no se sientan más solos de lo que seguro están. Que tomemos a su viuda, que tomemos a sus familiares y los hagamos nuestras familias en estas horas...

Lo vamos a velar aquí, esta es su casa. Vamos a velarlo nosotros que fuimos sus amigos y sus compañeros y por favor vamos a acompañarlo. Vamos a mantenernos cerca. Vamos a demostrar de que manera le vamos rendir homenaje a Oswaldo Rodríguez. El homenaje que ya ustedes saben. El homenaje impreso en nuestra dignidad,  el homenaje de nuestra moral, el homenaje de nuestra transparencia, de nuestra callada resistencia, el homenaje de lo que ustedes hacen cada día, cada hora en el Consejo Nacional...

Si nosotros no fuésemos dignos. Si nosotros no fuésemos decentes. Si nosotros no amaramos la paz. Si nosotros no defendiéramos la democracia, a lo mejor no hubiera muerto Oswaldo Rodríguez. A lo mejor no recibiríamos los cotidianos insultos, las permanentes injurias, las consabidas infamias, pero eso sería un precio muy alto. Ese es un precio que ninguno de nosotros está dispuesto a pagar. Nuestra dignidad vale mucho más que eso. Le pido entonces, que tengan miedo, pero que no se detengan. Que tengan miedo y avisen, pero que no los tuerzan. Que tengan miedo, pero que en silencio sigamos adelante. Que rindamos un homenaje cotidiano en nuestro desempeño, en nuestro valor.

Alguna vez les dije que lo que ustedes hacían era más heroico que el heroísmo de los soldados en tiempos de guerra, porque los heroísmos en tiempos de paz tiene el agregado maravilloso e inmenso de que no se demuestra con derramamiento de sangre. Ustedes han sido heroicos. Ustedes garantizaron la paz de esta República. Cada vez que yo veo a un niño sonreír en Venezuela, pienso que en parte esto es debido a nosotros. Cada vez que veo que en nuestras calles, de todos nuestros pueblos, de nuestras ciudades, que las persona transcurren, caminan, ruedan con sonrisas, con rabia, pero con paz, pienso que esto es en parte debido a nosotros. Y ese es el heroísmo que algunos no nos perdonan. Ese es el heroísmo que a lo mejor nos cuesta un poco de miedo. Pero yo estoy, francamente, profundamente orgulloso de todos ustedes. Le doy infinitas gracias a Dios de haberme permitido estos días, estos meses, estos años junto a ustedes. Muchas Gracias ”.